Sentados alrededor de un falso barril, en sillas caribeñas, rodeados de camareros musculosos, morenos y de narices griegas, con peinados alucinantes, camareras de cine y piernas infinitas, todos en uniforme de oficial de barco, vemos pasar gente bella, gente rica sobre todo, alguna chavalina buscando mundos adultos y excitantes...y cotorreamos como si no fuera la cosa con nosotros, mira qué tetas, son falsas, pues yo no la veo mona, y ese?, yo de hombres no entiendo, qué cara la cerveza, lo mejor de aquí es la vista del skyline, magnana me he cogido libre, no tenéis hambre?, tengo que ir a entrenar, se me escapa el tren!
Y allí se quedan haciendo negocios y luciendo bolsos de mil euros, allí dejo a los dueños del lujo, decidiendo futuros que no me interesan, intercambiando jugosos secretos empresariales, viviendo una vida martini.