domingo, 20 de mayo de 2007

Peripecias, periplos y Perikles.

Hablo griego. Es impresionante, pero ayer mantuve una conversacion en griego con el duegno del restaurante donce cene. El dia habia sido duro. Un ferry a las siete y media de la magnana, luego llega a Mykonos y ponte a buscar un vehiculo que te quiera llevar al pueblo. Y encima se habia puesto a llover, y yo tirando de esa maleta y rezandole a todos los santos para que no se rompiese una rueda, porque entonces me hubiese tirado al agua con maleta y todo a ver si los servicios de salvamento me recogian, porque como digo, alli no habia manera de que nadie nos recogiera. Al final cogimos un autobus-taxi. Lo de autobus-taxi lo digo porque era un autobus que pasaba por alli, no se sabia a donde iba, asi que una segnora que estaba empezando a ponerse muy nerviosa se puso a llamar al conductor con la mano y asi empezamos todos a pedirle a ese hombre que por piedad no nos dejase alli bajo la lluvia. Y asi llegue a Mykonos. Luego tira de esa maleta por las callecillas empinadas y adoquinadas, con rios de agua bajando por todas partes... Y esa marea de nignos todos iguales, con la misma camiseta, las mismas chanclas y las mismas gafas de sol inmensas. Es que parecian clones. Todos en pandilla. Aunque creo que realemente no son amigos, porque dudo de que sean capaces de reconocerse los unos a los otros con esos uniformes de "soy-divino-si-me-miras-te-escupo". Creo que van por la calle, y cuando se paran a mirar un escaparate y luego quieren vuelver con sus amigos, se reenganchan con el primer grupo que ven. Bueno, que fue un dia duro. Decidi sacarme a mi mismo de la miseria como a un caballo cojo, asi que en cuanto la lluvia paro un poco me compuse y sali a cenar. Sofia, una griega encantadora, me recomendo probar el pulpo a la plancha acompagnado con Ouzo. De hecho, la noche que cenamos juntos en Atenas quisimos tomar Ouzo, pero no tenian. Fue entonces cuando me dijo que era mejor pedir una Garrafaki, que es una botella pequegnita, porque para dos sale mas a cuenta. A mi lo de Garrafaki me quedo registrado en el mismo campo de memoria que el Ouzo, asi que a la hora de pedir la cena anoche solte lo de garrafaki sin darme cuenta de que Sofia no estaba sentada enfrente de mi, ergo, me la iba a tener que beber yo solo. Y nada, la garrafaki que me tome. No recuerdo haber estado tan borracho en mi vida, pero el pulpo debe tener alguna propiedad tipo prinperan, porque en ningun momento tuve ni la mas minima intencion de largar la cena. Recuerdo que tuve una conversacion muy animada con el duegno del local (que ahora que lo pienso, no se por que tuvo que venir a mi mesa) Durante la conversacion hice grandes aportaciones a la lengua de Perikles como "con salsiki pomodorou", "el sarkosiki est demagogiki" o la mejor sin duda "tenere busiki para ena makuliki in my T-shirt?".
En el fondo, si se analizan estas frases, demuestran un cierto nivel de asimilacion de la lengua girega. Porque puede que salsa no se diga salsa en griego, pero iki si usa para hacer diminutivos, con lo cual ese hombre entendio que hablabamos de algo de naturaleza menor, baja, y nada mas bajo que esa salsa de tomate que estaba malisima. Y bueno, puede que tomate no se diga pomodoro, pero el genitivo que le hice, ahi esta. Para los mas curioso, dire que la ultima frase era un salto al vacio con doble tirabuzon y sin red. Y es que me habia echado un manchurron de aceite del pulpo como un demonio en la camiseta, y estaba intentando pedir un quitamanchas. Y lo consegui!

jueves, 10 de mayo de 2007

Al fressssco

Los nignos franceses son una pasada. Van de cualquier manera, sin compostura pero con mucha clase. Ensegnado mucho, piel, piernas, pelo; axilas y pulgares de pies bien formados por todas partes. Pero no dan miedo como los alemanes, ni risa como los italianos, ni aburren como los espagnoles. Los franceses son nignos nacidos para ir al fressssco!

Espacio-Tiempo

Es siempre ese problema: estar en el mismo sitio a una misma vez. Ahora querria estar cenando con Isa en Toulouse, en una calle estrecha en la que la cercania del muro a mi derecha me reconforta; me recuerda que estoy cenando en la calle. Pero ella no esta aqui. En cambio a veces ha pasado por casa a verme, hemos estado en mi piso-habitacion, pero yo estaba en algun affaire del fin de semana anterior en Frankfurt, o ella estaba discutiendo algo con su jefe. Al final, mismo lugar y tiempos bailados...
O pienso en mi abuela, pero son pensamientos que no podran encontrar mas que un tiempo preterito, que no pueden dar ningun fruto al presente, sin importar el lugar; asi que nada puedo ya decirle.
El cielo tiene que ser la liberacion del espacio y del tiempo. Poder amarlo todo y no tener que esperar a que nada pase, ni buscar un lugar en el que algo ocurra.