En un puente sobre el Tamesis pensaba si sera cierto que hay un camino de vuelta, y si puede ser que yo sea de los que estan ya de vuelta. Porque con los caminos pasa eso, que uno nunca esta del todo seguro de ir en la direccion correcta y no te lo planteas hasta que empiezan a fallar las fuerzas y no has llegado a ninguna parte.
Pero el caso es que ahora estoy convencido de que no; no de que no pueda estar perdido, sino de que no hay camino de vuelta. Porque quiza no te volveran a sorprender la altura de un edificio, las cabezas con crestas de colores, o que un tren salga de A y llegue a B. Pero veras un cuadro que conoces en una sala pequeña de un museo que no tenias pensado visitar; y te traera recuerdos encadenados, tan encadenados que acabaras sonriendo sin quererlo. O le pegaras un bocado a un pudding de chocolate preguntandote como puede estar tan rico y como le habran metido esa crema tan dulce justo en el centro. O simplemente un violin sonando en Picadilly te pondra ojos mojados y le pondra musica al resto del dia, al resto del camino.
Pero el caso es que ahora estoy convencido de que no; no de que no pueda estar perdido, sino de que no hay camino de vuelta. Porque quiza no te volveran a sorprender la altura de un edificio, las cabezas con crestas de colores, o que un tren salga de A y llegue a B. Pero veras un cuadro que conoces en una sala pequeña de un museo que no tenias pensado visitar; y te traera recuerdos encadenados, tan encadenados que acabaras sonriendo sin quererlo. O le pegaras un bocado a un pudding de chocolate preguntandote como puede estar tan rico y como le habran metido esa crema tan dulce justo en el centro. O simplemente un violin sonando en Picadilly te pondra ojos mojados y le pondra musica al resto del dia, al resto del camino.