miércoles, 25 de julio de 2007

Muy arriba

Hoy estoy encaramada en la antena del edificio más alto de la ciudad. Desde aquí puedo ver mucho mundo, el aire es sorprendentemente cálido para la latitud y sopla mucho viento. Me silban los oídos, las conversaciones vuelan de acá para allá, deben ser las ondas de los móviles conectándose entre sí o con los satélites.

Sentados alrededor de un falso barril, en sillas caribeñas, rodeados de camareros musculosos, morenos y de narices griegas, con peinados alucinantes, camareras de cine y piernas infinitas, todos en uniforme de oficial de barco, vemos pasar gente bella, gente rica sobre todo, alguna chavalina buscando mundos adultos y excitantes...y cotorreamos como si no fuera la cosa con nosotros, mira qué tetas, son falsas, pues yo no la veo mona, y ese?, yo de hombres no entiendo, qué cara la cerveza, lo mejor de aquí es la vista del skyline, magnana me he cogido libre, no tenéis hambre?, tengo que ir a entrenar, se me escapa el tren!

Y allí se quedan haciendo negocios y luciendo bolsos de mil euros, allí dejo a los dueños del lujo, decidiendo futuros que no me interesan, intercambiando jugosos secretos empresariales, viviendo una vida martini.