martes, 18 de diciembre de 2007

Nunca te di nada, y aun asi volviste a perdirme mas

Cuando se camina en circulo, no importa lo rapido que se vaya.

martes, 4 de diciembre de 2007

Ahora

Ahora que parecen haberse vuelto todos locos, que hay más luz de día que de noche, ahora que el viento se cuela por debajo de las faldas y entre los cuellos de las camisas, ahora que huele a canela y mandarinas por donde vayas, que hay tanta gente a la que ver, que es tiempo de capuchas y de comprar, ahora que nos acordamos más y nos da más pena vaya usted a saber porqué, ahora que además nos llega un nuevo habitante a los mares del sur, resulta que estamos raras y no te llamo y no me llamas y yo no sé si, y me imagino que tú tampoco sabrás si, ni por qué, ni cómo, ni ahora, ahora qué, ni ná de ná.
Qué bejindad.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Ni Ariel lava tan blanco ni los lobos son tan halitosos...


Pues yo creo que la solución está en interpolar. Ni blanco ni negro, yo voto por lo interpolado. Que te levantas mal, pensando que lo único que te permiten tus fuerzas es pasarte el día metido en una papelera de Dublín, de esas tan monas en las que se lee "litter", pues no, eso no, iterpolas; te pones ya mismo a pensar en esa frase que has escuchado de soslayo, ese "quédate aquí conmigo" al levantarte de la cama, y eso te hace pensar en lo bien que te lo pasaste con él en aquel pueblecito perdido aquél fin de semana, y de oca a oca, te acuerdas del pueblillo donde has pasado los veranos desde que eras chico, y lo fuerte que cantan los grillos algunas noches de olor a vacaciones... Ahora que tienes esta idea en mente y sonrisa de bebé rollizo, ¡interpola!. Ya las papeleras de Dublín no te son tan necesarias para llegar al final del día, ya te pones en marcha.
Pero que interpolar hay que interpolar siempre. Que otro día te levantas con una subida de leche, que piensas que las vida es color de rosa y tu optimismo eufórico indigna hasta a la planta que tienes en el pasillo, pues interpolas. Te acuerdas de que tienes que terminar ese par de cosillas del trabajo y acabar de rellenar el impreso de la declaración de la renta 2006. Ya tienes estas cosas más mundanas en mente, ahora... ¡interpola! Sigues más féliz que una tonta con un ventilador a pilas de la promoción de verano de Vodafone, pero has puesto las puntillas sobre la tierra, no te pasarás el día deshojando margaritas ni imaginando que te llamas Olivia y tu novio Popeye y correis con brazos como de goma ondeando al viento. Porque cuando haces eso, al día siguiente viene la declaración de la renta, disfrazada de Brutus, y te corre por toda la casa, hasta que acabas deseando esconderte en una papelera de Dublín, asomando los ojillos por encima del "litter" a esperar a que alguien te saque.
Que eso, amigos y amigas mias, que hay que interpolar, porque al final Aristóteles tenía más razón que un santo con eso de buscar el "mesostés", que aunque siempre me sonó a rusa con sujetador realzante, viene más a decirnos que podemos elegir, o término medio o montaña rusa, aunque ahora que lo pienso, casi que me quedo con una ensaladilla rusa....

miércoles, 5 de septiembre de 2007

otras veces en cambio...

...tienes un viaje por delante, o te has comprado una novela nueva, estrenas corte de pelo o acabas de conocer a alguien con quien podrías hacer amistad. Otras veces incluso aquí hay luz y parece que el alma se aligera con tonterías como encontrarte un erizo por la noche en el parque, que te miras al espejo y te gusta lo que ves, que no te entiende, pero te calienta los pies debajo de una mantita mientras veis juntos una película de chicas.
Hay veces, muchas veces, en que se te salen las ideas por las orejas porque no te caben más en la cabeza, y quieres aprender a bailar, y cocinar conejo al ajillo, hacer papiroflexia, comprar muebles, salir a correr, mirar al techo...Son días en que no haces esa pequeña pausa cuando suena el despertador para convencerte de que sí, que te pongas en marcha, que hay motivos, porque el motivo está claro, vivir es lo mejor que te puede pasar, abrir los ojos y mirar a un chico rubio con cara de espárrago y gafillas, oír a los pajarracos que se pelean en el jardín por un gusanazo, comerte una galleta del príncipe sin cargo de conciencia, oler un perfume delicioso de Givenchy o acariciar una piel querida.

domingo, 2 de septiembre de 2007

S-O-S N-O-E

Lo llevo diciendo tres años, cuando se acerca el día de coger un vuelo de vuelta a casa le digo a todo el mundo que me voy a descansar, a no hacer nada; a ver a la familia y a los amigos, a dejar pasar las horas frente al mar, y, desde hace un verano, a estar con mi sobrinillo que apenas me conoce. Siempre la misma idea perfecta de descanso perfecto que nunca había ocurrido, hasta este año. Me ha costado tres años, pero finalmente he pasado una semana de vacaciones en la playa, vacaciones de verdad. Vacaciones de despertarse ni muy tarde ni muy temprano, coger el día desde el principio, sin reengancharse tarde con resaca de noche sin recuerdos, ni saltar sobre el demasiado pronto para hacer joggings absurdos que no me apetecen. No más preocuparse de si se está viviendo despacio o depresia, o de si se está sacando todo lo que se puede o no. No. Esta vez ha sido muy distinto.
Además he tenido suerte, mucha suerte de poder pasar la semana con una persona muy especial. Hacia años que los trabajos, los novios, los compromisos o el zodíaco nos hacían jugar al ratón y al gato, para acabar viéndonos un par de días; apresurados y casi sin saber cómo romper el hielo, nos despedíamos pensando que ya llegaría otra ocasión mejor para ponernos al día como Dios manda. Pero este año, desde aquí te lo digo, este año me ha tocado el gordo. ¡Una semana la Noe para mi solito!
Mi amiga Noelia no se puede describir con facilidad. Si tuviese que hacerlo, empezaría por la parte más sencilla: mi amiga Noelia está buenísima. Nadie como ella se puede plantar esos tops de escotes imposibles que la convierten en la reina del mambo allá donde vaya. Que lo mismo los combina con una lencería divina que sólo ella encuentra a precios de escándalo, que va al natural, hala, porque como digo, ella puede porque está tremenda.... Yo me la imagino yendo de tiendas en Madrid, con su coche azul, conduciendo a velocidades ultrasónicas, para ir de un mercaillo cutre donde encontrará unos zapatos perfectos para su mono vaquero, hasta una tienda súper exclusiva donde se comprará un monedero rosa de diámetro brutal y brillo de alta frecuencia...
Esta es la parte fácil de contar, lo complicado viene cuando hablamos de lo que te pasa cuando la Noe está cerca. A mi amiga Noe le pasan las cosas mas divertidamente raras que uno se puede imaginar, y, por extenxión (así, con doble x), cuando estás con ella, te conviertes en parte de esas escenas que parecen salidas de una película dirigida por Tim Burton con guión de Pedro Almodóvar. Digamos que mi amiga Noe es a las situaciones disparatadas lo que una para-rayos a los rayos y centellas de una tormenta de Agosto. Por poner un par de ejemplos, si estás comprando pulseritas o tobilleras en un puesto de playa, cuando te hayas decidido entre tanto coloriche y apliques de conchas, escucharás a tu espalda a una señora súper-estresada gritando: ¡Jorge, saca un pañuelo, ha vomitado, ha vomitado! y al volverte te encontrarás con una madre primeriza sujetado a un bebé a punto de caérsele de los brazos, bañada en vomito mientras Jorge no atina a sacar un pañuelo del cesto. O se te puede acercar el tipo mas normal del mundo en un semáforo para decirte la cosa mas estrambótica posible, como: "tú y yo tenemos conexión, conexión Güini de pú", "¡¡¿¿qué??!!", "si, eso que llevas ahí en el coche es un ambientador de Güini de pú, como el mío, a mi también me encantan los mimitos de Güini...". O te encuentras a una pija loca en pleno ataque de histerismo, y, mientras a nuestra amiga la francesa sólo le preocupa que la chica esté descalza y que alguien debería ponerle sus sandalias de tacón a esa loca que se retuerce con una teta fuera por el suelo (la pobre, es que no es fácil ser loca y digna a la vez), mi amiga Noe tiene que acabar dejándose poner una inyección para que la loca se deje pinchar por el chico del samur, que le acabara contando la historia de su vida después, y le dirá que además de trabajar como enfermero atractivo, también tiene una panadería de pan alemán, que se pase cuando quiera a probar todas las variedades de pan...
No tiene explicación. La Noe es una condensación de latitudes cósmicas, cómicas y cosméticas a la que he tenido la suerte de recuperar este verano y a la que quiero mucho, mucho, mucho, porque la Noe, buscando definiciones mas sencillas, es puro amor, amor pelujo.

miércoles, 25 de julio de 2007

Muy arriba

Hoy estoy encaramada en la antena del edificio más alto de la ciudad. Desde aquí puedo ver mucho mundo, el aire es sorprendentemente cálido para la latitud y sopla mucho viento. Me silban los oídos, las conversaciones vuelan de acá para allá, deben ser las ondas de los móviles conectándose entre sí o con los satélites.

Sentados alrededor de un falso barril, en sillas caribeñas, rodeados de camareros musculosos, morenos y de narices griegas, con peinados alucinantes, camareras de cine y piernas infinitas, todos en uniforme de oficial de barco, vemos pasar gente bella, gente rica sobre todo, alguna chavalina buscando mundos adultos y excitantes...y cotorreamos como si no fuera la cosa con nosotros, mira qué tetas, son falsas, pues yo no la veo mona, y ese?, yo de hombres no entiendo, qué cara la cerveza, lo mejor de aquí es la vista del skyline, magnana me he cogido libre, no tenéis hambre?, tengo que ir a entrenar, se me escapa el tren!

Y allí se quedan haciendo negocios y luciendo bolsos de mil euros, allí dejo a los dueños del lujo, decidiendo futuros que no me interesan, intercambiando jugosos secretos empresariales, viviendo una vida martini.

jueves, 21 de junio de 2007

Un rayo de sol, uooo oo o

Hoy es más difícil ver el sol. Hoy no se puede buscar en el cielo, ni se puede sentir como ayer en las gotas de sudor que resbalan espalda abajo. Hoy el sol hay que buscarlo en recuerdos de playas griegas de luz infinita. No espera, hay un sol más antiguo, que calienta más, que es más de verdad. Un sol que se encuentra en recuerdos de playas más acotadas pero más familiares, de bañador húmedo mientras comes paella en el chiringuito; de sandalias de goma y una calcomanía de un tigre en naranja chillón technicolor en el tobillo. Hoy el sol tengo que ir a buscarlo a 1985, cuando tenía que levantar la cabeza, llena de rizos negros siempre descuidados para mirar a un mundo de mayores, en el que yo era un recién llegado.

También se levanta el sol entre los recuerdos del último fin de semana en Granada, del último domingo con Jens. El sol sale en la sonrisa de chicos italianos que leen a Clarín y hablan despacio, despacio…

Al final el día no era tan feo, ni el sol estaba tan escondido.

viernes, 8 de junio de 2007

Hay alguien ahí fuera?

Anmelden, mi email y ok, estoy dentro.
No es un diario que nadie debe ver, escondido debajo de la ropa interior en un cajón de la cómoda, no es una carta a Marina, que me entiende, que la espera, que contestará, si todo va bien. Es más bien, un grito en el vacío, dar voces en la calle a la hora de calor en un pueblo de Córdoba, o en una isla desierta. Es un sinsentido, contar lo más íntimo a alguien que quizá no está ahí, decirlo todo sin decir lo más importante, que te conozca tanto alguien a quien no viste nunca. Y sin embargo lo hacemos, casi diría que lo necesitamos, seguimos cantando canciones absurdas en el desierto, seguimos esperando un eco que a veces rebota, a veces no, sólo por el placer de contar historias, sólo por si acaso, sólo por no guardar todo eso dentro.
Pero es que de vez en cuando el eco vuelve, a veces muy fuerte, como me ha llegado hoy desde la otra punta del mundo y me ha empujado otra vez aquí, otra vez a contar cosas, otra vez a esperar que alguien lo lea.

domingo, 20 de mayo de 2007

Peripecias, periplos y Perikles.

Hablo griego. Es impresionante, pero ayer mantuve una conversacion en griego con el duegno del restaurante donce cene. El dia habia sido duro. Un ferry a las siete y media de la magnana, luego llega a Mykonos y ponte a buscar un vehiculo que te quiera llevar al pueblo. Y encima se habia puesto a llover, y yo tirando de esa maleta y rezandole a todos los santos para que no se rompiese una rueda, porque entonces me hubiese tirado al agua con maleta y todo a ver si los servicios de salvamento me recogian, porque como digo, alli no habia manera de que nadie nos recogiera. Al final cogimos un autobus-taxi. Lo de autobus-taxi lo digo porque era un autobus que pasaba por alli, no se sabia a donde iba, asi que una segnora que estaba empezando a ponerse muy nerviosa se puso a llamar al conductor con la mano y asi empezamos todos a pedirle a ese hombre que por piedad no nos dejase alli bajo la lluvia. Y asi llegue a Mykonos. Luego tira de esa maleta por las callecillas empinadas y adoquinadas, con rios de agua bajando por todas partes... Y esa marea de nignos todos iguales, con la misma camiseta, las mismas chanclas y las mismas gafas de sol inmensas. Es que parecian clones. Todos en pandilla. Aunque creo que realemente no son amigos, porque dudo de que sean capaces de reconocerse los unos a los otros con esos uniformes de "soy-divino-si-me-miras-te-escupo". Creo que van por la calle, y cuando se paran a mirar un escaparate y luego quieren vuelver con sus amigos, se reenganchan con el primer grupo que ven. Bueno, que fue un dia duro. Decidi sacarme a mi mismo de la miseria como a un caballo cojo, asi que en cuanto la lluvia paro un poco me compuse y sali a cenar. Sofia, una griega encantadora, me recomendo probar el pulpo a la plancha acompagnado con Ouzo. De hecho, la noche que cenamos juntos en Atenas quisimos tomar Ouzo, pero no tenian. Fue entonces cuando me dijo que era mejor pedir una Garrafaki, que es una botella pequegnita, porque para dos sale mas a cuenta. A mi lo de Garrafaki me quedo registrado en el mismo campo de memoria que el Ouzo, asi que a la hora de pedir la cena anoche solte lo de garrafaki sin darme cuenta de que Sofia no estaba sentada enfrente de mi, ergo, me la iba a tener que beber yo solo. Y nada, la garrafaki que me tome. No recuerdo haber estado tan borracho en mi vida, pero el pulpo debe tener alguna propiedad tipo prinperan, porque en ningun momento tuve ni la mas minima intencion de largar la cena. Recuerdo que tuve una conversacion muy animada con el duegno del local (que ahora que lo pienso, no se por que tuvo que venir a mi mesa) Durante la conversacion hice grandes aportaciones a la lengua de Perikles como "con salsiki pomodorou", "el sarkosiki est demagogiki" o la mejor sin duda "tenere busiki para ena makuliki in my T-shirt?".
En el fondo, si se analizan estas frases, demuestran un cierto nivel de asimilacion de la lengua girega. Porque puede que salsa no se diga salsa en griego, pero iki si usa para hacer diminutivos, con lo cual ese hombre entendio que hablabamos de algo de naturaleza menor, baja, y nada mas bajo que esa salsa de tomate que estaba malisima. Y bueno, puede que tomate no se diga pomodoro, pero el genitivo que le hice, ahi esta. Para los mas curioso, dire que la ultima frase era un salto al vacio con doble tirabuzon y sin red. Y es que me habia echado un manchurron de aceite del pulpo como un demonio en la camiseta, y estaba intentando pedir un quitamanchas. Y lo consegui!

jueves, 10 de mayo de 2007

Al fressssco

Los nignos franceses son una pasada. Van de cualquier manera, sin compostura pero con mucha clase. Ensegnado mucho, piel, piernas, pelo; axilas y pulgares de pies bien formados por todas partes. Pero no dan miedo como los alemanes, ni risa como los italianos, ni aburren como los espagnoles. Los franceses son nignos nacidos para ir al fressssco!

Espacio-Tiempo

Es siempre ese problema: estar en el mismo sitio a una misma vez. Ahora querria estar cenando con Isa en Toulouse, en una calle estrecha en la que la cercania del muro a mi derecha me reconforta; me recuerda que estoy cenando en la calle. Pero ella no esta aqui. En cambio a veces ha pasado por casa a verme, hemos estado en mi piso-habitacion, pero yo estaba en algun affaire del fin de semana anterior en Frankfurt, o ella estaba discutiendo algo con su jefe. Al final, mismo lugar y tiempos bailados...
O pienso en mi abuela, pero son pensamientos que no podran encontrar mas que un tiempo preterito, que no pueden dar ningun fruto al presente, sin importar el lugar; asi que nada puedo ya decirle.
El cielo tiene que ser la liberacion del espacio y del tiempo. Poder amarlo todo y no tener que esperar a que nada pase, ni buscar un lugar en el que algo ocurra.

martes, 20 de marzo de 2007

Vacaciones

Me voy de vacaciones, de las buenas, de ir en coche, nada de aviones, nada de esperas, billetes, maletas con lo estrictamente necesario. Me voy, en coche, con todo lo que se me ocurra, con ropa, con esquíes, con comida, con novelas, sí, sí, en plural, con trapos de cocina, con de tó!!!
Pues eso, que ya contaré...

viernes, 19 de enero de 2007

Bárbara

En el fondo muy pocas historias me han ocurrido como se las cuento a la amiga de turno. Casi siempre hay que dar un paso atrás para mejorar la perspectiva, o dar un brochazo en alguna esquina para cubrir un desperfecto, o poner unas gotas de perfume para hacer sexy lo que por su propio olor es aburrido. Lo bonito de mi historia de S-bahn del otro día es que no necesita de nada de eso. Tuve la suerte de que alguien quisiera alegrarme el día. Hoy en día eso es una verdadera suerte.
Voy pensando en si lo que me está pasando me está absorviendo demasiado; si nuestra doble inexperiencia acabará por mandarlo todo a Cuenca, si hoy me marcharé de ese piso con un beso mendigado o con el cosquilleo de estómago que tan nuevo me parece y tanto me abosorve. Tanto pensar me ha hecho estar fuera de mi por unos minutos, pero esas botas negras de tacón muy alto y elegante me devuelven a la estación de S-bahn. Cuando me monto, sin buscarlo intencionadamente, esas botas con su chica dentro van sentadas enfrente de mí. Era muy guapa, pero con una de esas bellezas que te recuerdan a manzanas verdes de piel brillante, o a campos de trigo con olor a crujiditos. Esa clase de belleza que inspira serenidad en lugar de deseo, a pesar de que era y vestía muy sexy; no sé explicarlo muy bien. Me descubrió mirándola y me sentí tan azorado que tuve que bajar la mirada. Al rato volví a girar la vista hacía ella para desmostrar que no estaba intimidado, porque me pasé casi un minuto mirando las manchas del suelo del vagón. Enonces me miró, me ofreció un chicle y mientras lo cogía me dijo que a ver si con el chicle sonreía un poco, pero no lo entendí muy bien en ese momento. Llegamos a la estación principal y se bajaba. La miré por úlitma vez y me hizo un gesto con las manos, invitándome a sonreir. Ahí entendí lo que había querido al darme el chicle, entendí que me había dicho que estaba más guapo al reirme. Me quedé con una sonrisa puesta hasta que llegué a casa de Jens.... ¡Qué suerte bárbara haberme cruzado con esa chica!