sábado, 29 de abril de 2006

madrid

Cuando llegas estás en casa, no importa mucho si naciste allí, o cuánto tiempo hace que no la visitas, es poner un pie en Méndez Álvaro, en el suelo costroso, chicloso y plagadito de carteristas, y estás en casa, porque todo te acoge, el metro sigue igual, alguna línea cortada por obras, un músico fabuloso que nadie conoce, las chicas con ombligos al aire, mujeres jóvenes (de mi edad??) con cortes de pelo imposibles, con carteras de piel y labios muy rojos, el aire cargado, las calles ruidosas, los taxistas guasones, los piropos, las sombras de los árboles (cómo sobreviven?), la Castellana, la Cibeles, más obras, caos, pitidos, frenazos, gente riendo, un acento gallego, los portales antiguos... Y, misteriosamente, miras a tu alrededor y piensas: "qué bien, qué gusto, qué fácil". Porque Madrid se hace querer, nos acoge a todos los visitantes temporales, a los que buscamos trabajo, a los que lo encontramos, a los que pasamos una noche o cien, a los que vamos solos o a encontrarnos con alguien, a los que queremos perdernos o encontrar a los amigos, y todo con la mejor de las sonrisas, con los mejores bocatas de calamares, con los mejores cielos invernales. Y es que ya se sabe, que de Madrid, al cielo...

jueves, 27 de abril de 2006

Digestion psicotropica

Esto no me pasaba desde el dia que decidi cocinar un puchero un sabado a las cinco de la tarde. Tu madre nunca haria tal cosa; las madres saben que cuando se hacen cosas inexplicables llegamos a consecuencias de lo mas peculiares. Ese sabado en concreto, arruine mi vida, o mas bien las semanas siguientes de mi vida, aunque esa historia quizas la cuente en otra ocasion.
Hoy he almorzado en un restaurante mongoli, o mongolico, o como se diga. Un sitio donde cocinan personas de Mongolia. Le tengo dicho a Isa que no me lleven a esos sitios de bufet libre y menos aun cuando hay que continuar trabajando por la tarde. Porque al final, uno lo quiere probar todo y acabas tomando cuatro platos y postre, como hoy ha sido el caso. Tal cantidad de comida te provoca ya de por si una digestion pesada, pero si ademas has comido cosas de nombre impronunciable lo que tienes al final es una digestion psicotropica como la que he tenido hoy.
Ya al salir del restaurante estaba de lo mas desconcertado, pensando en el mensaje que le habia salido a Isa en su galleta de la suerte: "ama a las palomas, porque un dia ellas te construiran una estatua de increible altura". Pobre isa, lo de amar a las palomas es algo desagradable, mayormente porque huelen mal. En cambio yo estoy de lo mas ilusionado: "alguien te seducira la proxima semana". Lo he leido en todos los idiomas y en aleman suena super pervertido. Porque desde aqui te lo digo, un restaurante mongolo, o como se diga, es de lo mas internacional, y las galletas de la suerte vienen en aleman, ingles, espagnol, frances y sueco. Y si no hablas ninguno de esos idiomas, deber ser que no tienes mucho futuro.
Al llegar al despacho no me lo puedo sacar de la cabeza. Me empiezo a imaginar a una paloma, con un mini casco de plastico blanco y una vara de mando chiquitilla, una paloma perito, dando instrucciones a una cuadrilla de palomas obreras en camisetilla interior y pantalon vaquero, en plena construccion de la estatua. Menudo trabajo para las pobres! Es que no es una estatua normal y corriente, es una super alta. Pero super alta a escala huma o a escala paloma? Mira no se, pero tengo otras cosas de las que preocuparme. Tanto eructo como llevo ha acabado formando una nubecilla amarillenta de tufo sobre mi cabeza. Y lo peor es que mi compagnero de despacho lo ha notado tambien. La mira de reojo (porque es ingles, y los ingleses son, ante todo, polite como ellos solos) un poco asustado, pensando que si alguien entra por la puerta, el golpe de aire frio puede transportar esa nubecilla sobre su escritorio, hacerla condensar y acabar desencadenando sobre el una tormenta de gambas en tempura.
Intento volver al trabajo, mi trabajo parche, que esta bien, pero es un trabajo parche, a la espera de una entrevista que no llega. La entrevista.
Me dijero que seria en julio del agno pasado. En aquel mismo momento deberia haber dejado de trabajar y solamente esperar. Y entretanto, dedicarme a hacer punto, una bufanda. Y no haber parado ni haber hecho otra cosa en todo este tiempo. Te imaginas?, ahora seria enorme, como de un par de kilometros, llena de remiendos y cambios de color y de tipo de lana. Y el dia de entrevista me la pondria, y estaria alli, sentao delante de tres personas en traje, con mi bufanda dandome 15 vueltas al cuerpo, saliendo por la puerta, bajando las escaleras, enrollada en los tornos de entrada, haciendo olas de colores en las escaleras mecanicas de la estacion de tren, recorriendo las vias del tranvia hasta llegar al pirulo de la Luisen Platz o quizas mas lejos.
Y cuando me preguntaran que he estado haciendo en todo este tiempo, les diria que esperar; esperar y tejerme una bufanda, no es obvio?. Y a lo mejor asi se darian cuenta del valor del tiempo, y de como a veces nos lo hacen perder, al ver ese fenomeno de bufanda... O quizas ni por esas.
Es casi la hora de irme a casa, y parece que la digestion esta casi terminada. Aunque seguro que en la bici intentare acordarme del apellido de Pretty Woman, cosa que nunca consigo, pero es que es lo malo de las digestiones psicotropicas, que te tienen toda la tarde de lo mas ocupado.

jueves, 13 de abril de 2006

IB3507

Tengo que hacer la maleta, encontrar todos los calcetines huidos y encerrarlos con un montón de ropa imprescindible que no me voy a poner ni una vez, porque en realidad no hacen falta tantos trapos para estar casi todo el día en casa, haciendo cosas en el jardín, tomándonos el tercer café de la man~ana sentadas a la mesa de la cocina. Al volver a casa no tengo casi nada que contar, todo se me va en escuchar lo que ha pasado allí, en mirar si todo sigue en su sitio, en volver a coger el autobús chiquitillo, en econtrarme con los amigos y abrazarlos, a veces demasiado, porque sé que esto de volver a casa nunca dura mucho tiempo. Lo justo para empezar a echar de menos mis amaneceres aquí, grisecillos pero con él, mi ventana grande, mi tren, una ciudad que poco a poco también es mía, algún amigo que aún no sabe que lo es, mi bici...
Es un sinvivir esto de ir de casa en casa, siempre echando de menos, siempre decidiendo, siempre volando.

jueves, 6 de abril de 2006

brotes

No es increíble que el cielo y el mar se parezcan tanto y que el aire pueda estar tan limpio que da la sensación de estar nadando en agua fría?
No le parece a nadie imposible que la ardilla del oton~o pasado recuerde dónde enterró todas y cada una de las nueces que encontró en octubre y que a alguien se le haya ocurrido meterse en el lago, con el frío que hace, sólo porque es abril?
Y no es sorprendente que uno de los bambúes del balcón haya sobrevivido al ataque sistemático del pulgón, y el otro no? Será que uno tenía más ganas de vivir. Será, pero me deja atónita descubrir tantas cosas inexplicables cada día, abrir los ojos y VER, descubrir que tantas cosas son azules y que ahora las man~anas son ruidosas y los pájaros no callan hasta la hora del telediario, que aún encontramos bichuchos desconocidos, que todavía nos esperan tantas sorpresas...
Qué ganas tengo de todo!!!!

miércoles, 5 de abril de 2006

No se tu...

No se si tambien a ti te pasa, que estas en Paris y te das cuenta de que lo que de verdad quieres es oir a Yourcenar contarte sus recuerdos de Adriano, junto al Sena, bajo un sol que, ahora que lo piensas, es un regalo que Marzo te quiere hacer a ti o a la chica que le esta contando algo al oido a esa otra chica, quiza alguna historia de saliva y susurros.
Y no se si te ocurre como a mi, que has tardado tanto en decidirlo y decidirte, que has dado y te has dado tantas vueltas, que te haces mucho pis; te haces pis como un camello con hidropesia y llevas una bolsita de Jeff de Brouges que te estorba mas de lo que nunca pensaste que 300 gramos de chocolate te podian estorbar.
No se que harias tu entonces, quizas entrar presuroso en uno de esos cafes junto a la Cite, pensando que te atreveras a no tomar mas que un alivio en el servicio; pero no seras capaz, te tomaras un vermouth; veras el sol ahora demasiado lejano, el Sena demasiado oscuro, la chica se marcho ya con esa otra chica, Yourcenar con Adriano y tu te marchas del cafe junto a la Cite, rumbo a casa de Ricardo; aunque quizas te des una vuelta antes de irte a casa...
Y es que no se tu, pero yo parece que tardo tanto en ver lo que es, en componer la escena, en saber lo que quiero, que al final lo unico que tengo son eso, ganas de hacer pis.

martes, 4 de abril de 2006

pendiente de un hilo

Esas cosas pasan, aunque generalmente no terminan de forma dramática, generalmente el hilo aguanta, el día termina, vuelves a casa y después de ducharte y cambiarte de ropa, las tiras al cesto de la ropa sucia pensando que todavía puedes ponértelas, aunque sea los días de faena, esos días sosones en que no apetece ponerse mona ni llevar tanga.
Lo que ocurre es que esto lo haces muchas veces, y si no tienes una madre que te tire las cosas a la basura, pasa lo que pasa. Pues eso, yo me levanté, me vestí y me encontré un hilillo, nada, en la costurilla de las bragas, ah, pues nada, tijeretazo y andando. Dónde están las tijeras? Maldición, las ocho!! Y claro, no hubo tiempo de buscar las tijeras ni de cortar el hilillo, ni de encontrar otra muda. Pasó el tiempo, no había mucho que hacer en la oficina y entre menta poleo y menta poleo, visita al excusado, con el correspodiente tironcillo y desarrollo del descosido, hasta que, de repente, me encontré con toda la cinturilla completamente separada de "lo que éh" el cuerpo de la braga. Y eso fue lo que pasó, que con aquel trapo medio sujeto con los pantalones y un clip me tiré a la calle en busca de repuestos. Pero oigan, lo conseguí, y acabé el día vestida de verde pistacho!

lunes, 3 de abril de 2006

Kater

...pestañas semipostizas, sombra de ojos dorada, efecto del negro difuminando el ojo...¡son casi las nueve y cuarto y copérnico te suena a constelaciones lejanas! No subes al coche de un tal Luis, porque no existe, y además no sabe conducir ni quiere...menos mal que al final te has decidido por unas zapatillas cómodas, menos fashion, pero que te permiten correr hasta el metro, ¡bendito metro! la línea roja juega al negro, lo divisas cerca de la raya blanca granulada, ¿a quíen se parece? Lleva una chaqueta azul oscuro de fina raya clara y el pelo dejado crecer a su amor, una piel morena que contrasta con lo blanco de la camiseta marlonbrando de debajo de esa chaqueta a medio abrochar...zapatillas allstar gastadas, tiene suficiente altura como para no necesitar zapatos con suplemento interior, y ...subes a su vagón, sin pensarlo, sin imaginar que no te quitará los ojos de encima, que tu maquillaje exagerado le rebotará y encandilará, como al gordo maduro de barba de tres días. El vagón se hace cada vez más estrecho, oyes cómo el calor rojo sube dos veces a tu cara, justo esas dos veces que le has devuelto la sonrisa, o que ha sido cómplice de tu suspiro. Le pides a todas las vírgenes que aquel atestado viaje no se acabe nunca, aunque no sepas qué hacer, ni dónde mirar; le ruegas al cristo de las siete llagas que se baje en donde tú, que te dé una señal....!!!
SOL
es su parada, pero no la tuya. Se bajan ríos y ríos de muchedumbre, pero con una sonrisa de pícaro, te lanza una última mirada y te dice un simple: ¡adios!