lunes, 26 de julio de 2010

Irreparable

He bajado la guardia y me he permitido mirarla una fracción de segundo más de lo que una mirada no furtiva debiese haber durado. La respuesta a la agresión ha sido tan clara que casi me echo a llorar antes de atinar a clavar mi mirada en la seguridad del paisaje. Su mirada se ha parado, su percepción de lo que ocurría en el vagón se ha esfumado para dejar paso a una nada de expresión, a un dolor sin rostro. Sus ojos eran amargura. Ha sido un descuido, un exceso de curiosidad irresponsable, pero en cualquier caso mis ojos le han lanzado un recordatorio cruel; la mirada angustiada de un "cuerdo" le ha recordado, seguramente, que ella está al otro lado, el lado de la locura. Que su caso da mas pena porque es muy linda y parece normal, hasta que se mueve y gesticula. Seguramente la he mirado como tantas otras veces otros tantos desconsiderados lo han hecho. Horrible. Mi mirada ha sido un error irreparable del que jamás me creí capaz.