lunes, 7 de enero de 2008

epístola de juan

...y un rayo violento cortó la oscuridad y dios pudo verlos y juzgó bueno lo que vio. Que sea amor y que fructifique, retumbó, y ella notó cómo dentro de sí crecía una risa con ricillos morenos y ojos verdes. Y así fue cómo de la nada cálida surgió la vida, cómo de él y de ella se hizo uno sólo, cómo sus caricias hicieron la voluntad que nos trae a este mundo...
Como decía mi padre, o la voz, o el rayo, o qué sé yo quién, no harás en esta vida nada más grande que un hijo, que prestarle a otro tus genes, tu saber y tu vida si fuera preciso. Acaso tallarás alguna piedra que perdure, pero poco más.

jueves, 3 de enero de 2008

a cuentas pasadas

A cuenta de la entrada "Otras veces" y sobre todo para hacerle justicia al comentario de un misterioso anónimo, me veo obligada a contar que sí, que hay días pestosos en que no te tomas el café de la estación, te esperan 1410 (sin broma) emails sin leer en la oficina, las bolsas de los ojos han adquirido unas dimensiones preocupantes y, en fin, todo se ve negro y huele mal.
Sí, señores, lo admito, estoy de capa caída, tengo frío y me duele la cabeza, me iría a casa en este instante si pudiera, me enterraría debajo del cobertor y dormitaría hasta la hora de cenar. O mejor, me enchufaría el cable catódico directamente en vena hasta que dejen de emitir Gran Hermano, o Perdidos cobre algún sentido...