...y un rayo violento cortó la oscuridad y dios pudo verlos y juzgó bueno lo que vio. Que sea amor y que fructifique, retumbó, y ella notó cómo dentro de sí crecía una risa con ricillos morenos y ojos verdes. Y así fue cómo de la nada cálida surgió la vida, cómo de él y de ella se hizo uno sólo, cómo sus caricias hicieron la voluntad que nos trae a este mundo...
Como decía mi padre, o la voz, o el rayo, o qué sé yo quién, no harás en esta vida nada más grande que un hijo, que prestarle a otro tus genes, tu saber y tu vida si fuera preciso. Acaso tallarás alguna piedra que perdure, pero poco más.