lunes, 7 de enero de 2008

epístola de juan

...y un rayo violento cortó la oscuridad y dios pudo verlos y juzgó bueno lo que vio. Que sea amor y que fructifique, retumbó, y ella notó cómo dentro de sí crecía una risa con ricillos morenos y ojos verdes. Y así fue cómo de la nada cálida surgió la vida, cómo de él y de ella se hizo uno sólo, cómo sus caricias hicieron la voluntad que nos trae a este mundo...
Como decía mi padre, o la voz, o el rayo, o qué sé yo quién, no harás en esta vida nada más grande que un hijo, que prestarle a otro tus genes, tu saber y tu vida si fuera preciso. Acaso tallarás alguna piedra que perdure, pero poco más.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Significa eso lo que creo que significa? Si es así, espero tener noticias tuyas con confirmación oficial previas y menos impactantes que las que tuve de nuestra amiga francesa, que la última vez casi me dió un telele, y uno ya no tiene edad pa estas cosas...
PS: A partir de mañana estaré más cerca de allí, así que espero que podáis encontrar un hueco en vuestra apretada agenda para un cafelillo o lo que encarte.

sinuitt dijo...

No, no, ha sido un sobrinillo...
Mándame un mail y me cuentas por dónde andas exactamente, a ver si hacemos por vernos, no?

Anónimo dijo...

Ah, bueno, ya me estaba asustando...
te escribo en breve y te cuento por donde ando y andaré, prometido ;)

Anónimo dijo...

Alguna gente es que no se entera de la misa la media

Anónimo dijo...

tengo las lagrimillas sartás de alegría! qué razón tenía Juan!

GALINSOGA dijo...

hahahahahahahaha! parecía sorpresa!

Las palabras de tu padre son para grabárselas uno a fuego en el corazón.

Besos!