viernes, 10 de octubre de 2008

San Pontus

Hoy mientras me sonaba los mocos en la cantina he tenido una revelación. Estaba pensando en cómo hacerme rico como mi amigo Pontus, que es sueco. A los suecos les enseñan en el colegio que se pueden tener ideas propias, y que si das con una buena de verdad, te forras, o salvas al planeta o algo mejor, te haces santo. La santidad de Pontus e imaginármelo con toga de terciopelo rojo y corona de papel albal, me ha llevado a pensar en la Iglesia y en mi educación católica. Y ahí me ha dado el fogonazo, como los que le dan a todos los personajes genios en las pelis de Ron Howard. Lo he visto con claridad meridiana: los pecados capitales son las ideas, las que dan el dinero. Hay que apelar, tentar, provocar en el vulgo un pecado capital a través del templo lleno de mercaderes de la modernidad, osea el Internet, para forrarse. La soberbia es facebook, la pereza es amazon, la lujuria es xtube, la avaricia son las telebids y la envidia, por supuesto, es de GUCCI.
Para la ira no tengo ejemplo, pero seguro que a alguien se le va a ocurrir pronto, porque al paso que vamos y a la velocidad que tragamos, dentro de nada va a valer todo.
Ahora me voy a contarle todo esto a Sarah Palin por teléfono, porque alguien tiene que parar el avance del maligno. Tschuessssssss.