miércoles, 23 de agosto de 2006

nada

En realidad, no es nada. No se me ocurre nada que quiera contar, o no sé cómo contarlo.
Sólo quería que se supiese que sigo viva, trabajando como un nómada, un día aqui, otro alli.
No sé cómo contarlo, pero sé qué quiero. Y todo ha dado la vuelta. Dicen que si sabes lo que quieres, sabes lo que sientes, por qué yo no lo sé? No lo sé. Cuando se vuelve a un punto que es el mismo, un punto en el que ya has estado, pero no es el mismo. Cuando, de pronto, algo que pensabas impensable, lo piensas. Cuando te descubres mirando aquellos ojos, aquel perfil clásico, aquella figura marmórea. Cuando dejas de pensar en la hora que es, en el día que es, cuando piensas en los minutos que faltan para la hora en que quedasteis en veros...Quizás sea el vértigo desde esa espiral, ésa en la que está aquel punto. Porque ahora estás más arriba. O más abajo. Según se vea.

Y pensando, si no es nada, si no sé cómo decirlo, igual tampoco tengo tan claro lo que quiero. Otro "cuando", es ese de saber expresar las cosas de manera sencilla y simple, cuando las cosas se saben. Como se saben, está claro lo que uno quiere. Entonces, de dónde procede esa desconfianza? o, dónde reside la desconfianza?

Decididamente, hoy no estoy muy inspirada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues a mi me ha parecido muy inspirado, Loreta... muy natural.

Klingsor dijo...

Es que saber lo que se quiere no es nunca una respuesta instantánea. Es más bien encontrar el cabo o la punta del ovillo. Es un punto de partida. Ahora es cuestión de tirar, desenmarañar y buscar, a ver qué viene detrás. Y lo natural, si no se tiene miedo, si uno no busca refugio en sus propias debilidades, es que lo que venga detrás nos acerque más a nuestro destino o nuestro espíritu (si es que acaso no son éstas una misma cosa)