viernes, 19 de enero de 2007

Bárbara

En el fondo muy pocas historias me han ocurrido como se las cuento a la amiga de turno. Casi siempre hay que dar un paso atrás para mejorar la perspectiva, o dar un brochazo en alguna esquina para cubrir un desperfecto, o poner unas gotas de perfume para hacer sexy lo que por su propio olor es aburrido. Lo bonito de mi historia de S-bahn del otro día es que no necesita de nada de eso. Tuve la suerte de que alguien quisiera alegrarme el día. Hoy en día eso es una verdadera suerte.
Voy pensando en si lo que me está pasando me está absorviendo demasiado; si nuestra doble inexperiencia acabará por mandarlo todo a Cuenca, si hoy me marcharé de ese piso con un beso mendigado o con el cosquilleo de estómago que tan nuevo me parece y tanto me abosorve. Tanto pensar me ha hecho estar fuera de mi por unos minutos, pero esas botas negras de tacón muy alto y elegante me devuelven a la estación de S-bahn. Cuando me monto, sin buscarlo intencionadamente, esas botas con su chica dentro van sentadas enfrente de mí. Era muy guapa, pero con una de esas bellezas que te recuerdan a manzanas verdes de piel brillante, o a campos de trigo con olor a crujiditos. Esa clase de belleza que inspira serenidad en lugar de deseo, a pesar de que era y vestía muy sexy; no sé explicarlo muy bien. Me descubrió mirándola y me sentí tan azorado que tuve que bajar la mirada. Al rato volví a girar la vista hacía ella para desmostrar que no estaba intimidado, porque me pasé casi un minuto mirando las manchas del suelo del vagón. Enonces me miró, me ofreció un chicle y mientras lo cogía me dijo que a ver si con el chicle sonreía un poco, pero no lo entendí muy bien en ese momento. Llegamos a la estación principal y se bajaba. La miré por úlitma vez y me hizo un gesto con las manos, invitándome a sonreir. Ahí entendí lo que había querido al darme el chicle, entendí que me había dicho que estaba más guapo al reirme. Me quedé con una sonrisa puesta hasta que llegué a casa de Jens.... ¡Qué suerte bárbara haberme cruzado con esa chica!

4 comentarios:

sinuitt dijo...

No se si alguien más lo vio, pero ayer, despues de la tormenta, cuando por fin amaneció a las doce y pico, apareció un cielo de cristal recién limpio que lo reflejaba todo, tan absurdo, tan único e inesperado que me encontré rodeada de gente que sonreía en la parada del autobús.
A veces es suficiente con abrir los ojos...

Anónimo dijo...

¿Ein?.. será por allí, porque aquí lo que se dice tormenta... :).. Klingsor, ya sabes el S-Bahn en el que te tienes que montar siempre a partir de ahora.. de hecho, si te quedaste con la marca de chicles y sabor, sería la caña que fueras con un paquete encima (total, tampoco pierdes nada).. y si sale cereza-cereza-cereza y te la vuelves a encontrar, toque de estilo ofreciédonle un chicle "de los que te gustan"... es una chorradilla, pero me encantan :)..

Klingsor dijo...

Creo que esta chica es de las que te encuentras una vez en la vida. Aunque como dices, no pierdo nada por llevar la posibilidad en el bolsillo. Mira, si, me gusta la idea.

Anónimo dijo...

Este Blog se está yendo a pique. ¿Qué nos está pasando?, ¿Horacio, estás bien, por qué no me contestas?.
Ayer fue Martes y 13, por si no os habías dado cuenta, así que yo me pasé el día introduciendo "gags" del antológico dúo humorístico en mis conversaciones del día a día. Creo que mis colegas de trabajo no lo entendieron muy bien. Sobre todo cuando me puse la minifalda de cuero, me pinté la cara con el Edding 800 punta extra gorda negra, me planté el helecho ese medio seco que hay en el "jolito" de entrada en la cabeza, y empecé a restregarme contra todas las esquinas del pasillo mientras cantaba "you´re simply the best", o más bien "yu pitchi mir out". Pa mi que hasta me miraron mal. Es que la gente, sobre todo los no españoles, a veces no se enteran de la misa la media....