lunes, 5 de mayo de 2008

El Clan

Fuera no había nada más que algunos faros volando en dirección contraria, o el resplandor de una gasolinera medio cerrada ya. El aire estaba algo cargado y la chica de mi izquierda, aún vestida con su uniforme de trabajo, roncaba ligeramente con la cabeza apoyada en la ventanilla.
En un incómodo asiento de un autocar lleno de gente, de murmullos en lenguas ajenas, de razas extrañas y algunas pieles más oscuras, más parecidas a mí, primos seguramente, o vecinos de generaciones, entré en una extraña comunión con el resto, una especie de conexión ancestral, la seguridad deliciosa que produce el saberse rodeado de iguales en una noche oscura, el no estar solo en el viaje, el murmullo de voces despiertas que acompañan a un sueño dulce y sin preocupaciones.
Pensar en cosas como la diferencia entre alma y espíritu me provocan siempre alteraciones de la percepción...

1 comentario:

Tatus dijo...

¿Qué tendrá el verano, que estamos todos en plan trascendental?.. :)