martes, 1 de julio de 2008

diecisiete, o veinte, o veintitrés

Qué delicia creérselo todo y pensar que cambiarás el mundo, que harás todo lo que te propongas, que las novelas son la vida, que los poemas se cumplen siempre.
Qué delicia las tardes de sábado en una casa ajena, pensando, riendo, inventando hasta la hora de salir.
Qué delicia sentarse en un portalillo en compañía, compartir sueños, seguir juntos para siempre, pase lo que pase.
Qué delicia tener recuerdos, haber tenido tardes de verano infinitas sin nada que hacer, con los pies en alto, noches con piruletas y amores fugaces, tacones de aguja insoportables y secretos por teléfono.
Qué delicia tener diesisiete años, o veinte, o veintitrés, pero sobre todo qué bien estar aquí ahora, saberos contentos y amados, ser felices y vivir aventuras que contarnos dentro de diez años.

2 comentarios:

Tatus dijo...

Ciertamente, qué gustazo tener esas edades, pero probablemente me gustaría volver con el conocimiento de ahora.. me leí las aventurillas de Klingsor, por cierto.. en Grecia.. muy gracioso.. :)

GALINSOGA dijo...

Amén! y sobre todo el tiempo... que discurría largo y denso, hora sobre hora y otra hora más disfrutando. Las vacaciones de los mayores son un intento fútil de volver a esos momentos infantiles de "dolce far niente", o a lo mejor es que a mí no me sale.

Besos!